¡Bravo! Vail: En la sala del rey de la montaña
El aire de la montaña trae aromas de flores del jardín que hay justo a la entrada. Hay verde por todas partes, desde la hierba que cubre el suelo hasta los árboles de hoja perenne que vallan tranquilamente el espacio, y más allá, los interminables árboles que cubren las montañas tras el anfiteatro abierto. La estación de Vail, en Colorado, es un paraíso de nieve blanca para los esquiadores en invierno, pero cuando llega el verano, el acogedor pueblo tiene como telón de fondo este vibrante bosque.
Las nubes amenazan con pasar por encima, pero el público del césped está preparado, armado con chubasqueros, paraguas e incluso lonas, junto con sus mantas de picnic y sus bocadillos, fruta y cuencos de cereales. Algunas parejas en las butacas del teatro bajo el toldo, entre el escenario y el césped, abren cajas de palomitas con mantequilla. Mientras pájaros, ardillas y esas montañas escuchan, la orquesta empieza a tocar.
Durante seis semanas, desde finales de junio hasta principios de agosto, el festival ¡Bravo! Vail presenta actuaciones todos los días, entre ellas un ciclo de música de cámara, "veladas" íntimas en residencias privadas, conciertos comunitarios en iglesias, bibliotecas y la "Music Box" -un escenario móvil creado durante la pandemia- y actuaciones orquestales en el anfiteatro al aire libre Gerald Ford, a un paseo del centro de Vail Village.
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